Hay empresas que fuerzan a sus trabajadores por encima de lo razonables, como si de un estado sin derechos se tratara:
- No les permiten coger los días que les corresponden por hospitalización de familiar.
- Hacen en todos los ámbitos una interpretación restrictiva del convenio, de manera que la empresa siempre gana.
- Cuando un trabajador/a pide sus derechos, le enfilan de tal manera que comienzan a «putearle de forma sibilina», yendo detrás como perros de presa para conseguir pillarles en lo que denominan «faltas», para levantar actas por cualquier «tontada», hasta conseguir mermar la fuerza del trabajador/a.
- Si un trabajador necesita una baja para solucionar algún problema de salud, ahí ya comienzan las movidas, no les gusta, y por tanto, dan vueltas y piensan la forma de conseguir echar al trabajador.
- Los encargados están adiestrados para presionar, socavar y mermar la voluntad y el ánimo del resto.
- Si algún trabajador se salen del guión y pide hablar con el coordinador, ahí ya la ha liado… la caza para su derribo acaba de comenzar.
- Los cambios de puestos de trabajo para que se sientan peor, más incómodos, peor tratados, y que muchas de las veces, suponen una reducción de sus ingresos, se ha convertido en un arma de la empresa para maltratar a los trabajadores insumisos.
- Con una política abusadora que, día a día, se va instaurando con mayor fuerza, que hace que los trabajadores quieran irse, vayan al trabajo a disgusto y termine sintiendo animadversión hacia la empresa y hacía sus superiores.
- Sometimientos que evitan que los trabajadores se quejen, protesten, pidan sus derechos…
- Climas negativos que generan situaciones de ansiedad, mobbing, estrés, angustia y malestar continuo…
- La protección psicosocial brilla por su ausencia
- La escasez de protección de riesgos laborales incrementa la precariedad en la salud laboral de los trabajadores
- En definitiva despidos injustos por empresas abusadoras, supermercados, talleres, tiendas, almacenes…
- la lista es interminable…
Sería sencillo tener a los trabajadores contentos, respetar sus derechos, aportar y sumar, y ello traería un ambiente sano de trabajo que redundaría en mucha más y mejor productividad.
Todos sabemos que cuando trabajamos contentos el trabajo sale mejor y de mayor calidad, el compañerismo fluye, los problemas se solucionan sobre la marcha, y al final ganamos todos, tanto la empresa que crece en competitividad como en resultados, y los trabajadores ganan una mejor salud laboral.